Un puñado de arena tiene unos 10.000 granos, el doble de las estrellas que pueden verse en una noche despejada en el campo. Pero en el Universo hay muchas más estrellas que granos de arena en todas las playas y desiertos terrestres, según Simon Driver. Este astrónomo de la
Universidad Nacional Australiana ha calculado que, a vista de telescopio, brillan 70.000 trillones de soles, un siete seguido de veintidós ceros. Toca a más de once billones de estrellas por cada ser humano. "Hasta para un astrónomo profesional, acostumbrado a tratar con números monstruosos, resulta impresionante", admite Driver.
Él y sus colaboradores echaron mano de dos de los telescopios más potentes del mundo -uno de Nueva Gales del Sur, en Australia, y
otro de la isla La Palma-- para determinar cuántas estrellas hay. No las contaron una a una, sino que se basaron en la cantidad de una pequeña parte del cielo para deducir el número de soles del universo visible. La región estudiada contenía unas 10.000 galaxias, de los 100.000 millones que se cree que existen en el Cosmos. Una galaxia media como la Vía Láctea alberga unos 100.000 millones de estrellas.
Los astrofísicos midieron la luminosidad de cada una de las galaxias de la región acotada, calcularon a partir de eso cuántas estrellas podía acoger cada una y estimaron, por último, la cantidad de soles que brilla en el cielo. "No es el número total de estrellas en el Universo, sino el de las que están al alcance de nuestros telescopios. El total puede ser mucho, mucho más grande; hay gente que cree que es infinito", explica Driver.
Los científicos expusieron sus conclusiones en la última reunión de la
Unión Astronómica Internacional (UAI), que se celebró en Sydney en julio. Mantienen que su cálculo de la población estelar es diez veces más preciso que los anteriores, gracias, entre otras cosas, al conocimiento actual sobre el tamaño de un Universo que nació hace unos 14.000 millones de años.
"La mayoría de estas estrellas probablemente tiene planetas, en algunos de los cuales puede haber vida", dice Driver, quien puntualiza que eso no quiere decir que los 'marcianos' vivan a la vuelta de la esquina o nos visiten, porque "están muy, muy lejos". "No se trata de si existen o no otras formas de vida, sino de si, dadas las enormes distancias, seremos capaces de establecer comunicación con ellas". La estrella más cercana, Alfa Centauri, está a sólo 4,3 años-luz: su luz, que viaja a 300.000 kilómetros por segundo, tarda 4,3 años en llegar a la Tierra. Si fuera el destino de la
'Voyager 1', que vuela a 60.000 kilómetros por hora, la sonda no llegaría a puerto antes de 74.000 años.